miércoles, 26 de diciembre de 2012

Te sé poco


Te recuerdo enigma, grande, atento.

Te pienso franco, diciendo que estas flores han abandonado su frescura y su perfume, sabiendo que esta noche fría puede ahogarse en los brazos de tu amor,  que la bondad está en la sencillez de tus ojos y que la vida poco a poco se escapa.

Te escucho ágil ir de una idea a otra con la claridad que sólo tus palabras conocen en lo profundo del origen. 

Te respiro sereno, expectante, siempre despierto, dispuesto, asombrado en una sonrisa que perpetúa la tuya.

Te sé poco, menos aun que mis palabras, pero te sé humano, valorador de la grandeza del género y de la particularidad de cada uno.

Te sé entregado, consciente, vivo, y ahora por siempre, pleno.

lunes, 6 de agosto de 2012

Corre putrefacción


Hace no mucho estaba convencida de que el mundo estaba en proceso de putrefacción. Que eran tantas las tragedias, la injusticia, la desconsideración y la deshumanización, que ya poco se podía hacer. Tal vez por ahí rondaban pequeñas alegrías y personas que salían del común, pero la verdad es que teniendo la vida por delante no soñaba tanto como hoy, momentos complicados de la vida, supongo.

Ahora veo más injusticias, tragedias reales, poco humanismo y creo que tengo más claridad. Precisamente esto último es lo que marca la pauta para este momento. He analizado los procesos de putrefacción, de forma simple, he visto cómo la comida se echa a perder en el refrigerador y fuera de él, he analizado las texturas, olores, colores y sí, también los sabores.

Ciertamente dicha transformación es bastante desagradable, pero sobre todo el contraste entre lo que era y eso en lo que se convierte aquello que se pudre es impresionante. Una rozagante lechuga se convierte en un puño viscoso de algo café que no se distingue del todo bien; un animal muerto pierde todo su encanto y puede provocar reacciones de repulsión, sin importar de qué especie se trate; por otro lado, una uva podría volverse pasa…

He aquí dos constantes inevitables en todos los procesos de putrefacción: sólo se pudre lo que antes estuvo vivo y esto se reseca, pierde agua, suelta agua.

Entonces el mundo se pudre porque se le va la vida, los sueños se descomponen porque no se vuelven vida, los corazones se corrompen porque se dedican a sobrevivir, las personas se gangrenan por que optan sólo por permanecer.

No puede pudrirse aquello que no ha disfrutado del aliento vital, ése que recorre el cuerpo entero y que nos perite saborear los colores, ver los sonidos y palpar las emociones, ése que nos recuerda que la vida es más grande que nosotros mismos.

No se pudren las piedras ni los objetos, si acaso los poblarán colonias de pequeños seres que “motivan” la putrefacción, pero aún ellos están vivos. Y no basta morirse, hay que estar en condiciones de convertirse en carroña para reducirse a ella.

Para pudrirse hay que secarse poco a poco, ¿será por eso que el mundo está pudriéndose? No, porque el mundo no está secándose sino contaminándose cada día más, pero aún la contaminación implica vida, ¡movimiento! Ir y venir, hacer, caminar, ampliarse en un medio que lo permita, ¡qué mejor medio para caminar que el agua!

Porque la vida se desarrolla donde hay agua, he ahí la posibilidad de que tengamos vecinos marcianos, o que los hayamos tenido hace miles de años. Pero también ahí se sitúa la grandeza de este momento del año.
Tristemente hay personas que padecen la vida, o el exceso de lluvia que inunda sus hogares. No siempre se está preparado para recibir un torrente de ella, no siempre se está en el mejor sitio para disfrutarla.

Hay quienes aseguran que en algunos círculos no puede surgir agua clara, que es ya demasiada la contaminación, la violencia, los vicios, que la podredumbre los habita en todo su esplendor. Pero hace unos días descubrí que mienten, el agua es paciente, se contiene, aguarda y en el momento preciso brota, avanza despacio y de pronto se precipita, corre por los más insospechados caminos y acaba por inundarlo todo.

Se cuela en los rincones más lejanos y justo ahí hace brillar la luz que la traspasa, que la abraza y con la que ambas forman la maravillosa colección de colores que dan nombre e identidad a la vida misma.

El agua, la luz y la vida, juntas se manifiestan de mil y más maneras distintas, se vuelven cielo y lo pueblan con nubes y estrellas; se sumergen en la tierra y hacen crecer incluso a las plantas más pequeñas; recubren todo y se convierten en sonrisas; pululan en el aire y se convierten en música.

Sin embargo han de luchar siempre por seguir, por no estancarse; porque así como esa tarde fui su presa, al mismo tiempo  así nada más, se me fueron de las manos y las vi correr con rumbo a Vivir ..

viernes, 22 de junio de 2012

Contacto

Ella nunca lo había soñado, pero dejarse abrazar por el viento es una tentación a la que no puede resistirse cuando el mundo da vueltas y la alegría le recorre todo el cuerpo, cuando la sonrisa se convierte en vestido y no importa ninguna otra dimensión, ese instante es sólo suyo.

Y sintió que perdía toda sus fuerzas, que debía soltarlo todo, que no había en ella nada que la detuviera para abandonar cada una de las piedras que cargaba. Se convirtió entonces en la libertad que recorre alas e ilusiones, respiró profundo y se sintió confortada como nunca, supo que su corazón latía con gran fuerza y que no estaba sola, que muy cerquita un corazón más grande era el que le permitía volar.

Cada célula de su cuerpo se volvió sonrisa y sin pensarlo mucho se abstrajo del mundo, flotó segura de que volar con fuerza propia no es tan enriquecedor como hacerlo en los brazos de un alma noble. Escuchó ambas risas y a lo lejos el sonido de la realidad, no pudo evitar sentir tristeza por la ruptura del mágico vibrar y decidió darlo por terminado mientras la duda y la resistencia escapaban en un grito empapado de incertidumbre.

Gritos a lo lejos y otros muy adentro, los últimos retumban en la mirada que se apartó ayer, la contempló de frente y le suplicó esperanza, pero al instante no pudo regalarle más que una caricia y el juego de sus dedos en la triste y juvenil cabellera. Ante la devastada petición pudo responder también con el canto de un pájaro alegre que al tiempo que picotea la naranja quisiera llevarle a conocer el cielo azul turquí, como sus ojos llenos de lágrimas; ella quisiera detener el tiempo para él, hacer que su dolor fuera menos y que aprendiera a confiar, cómo si lo han lastimado tanto..

Más tarde otro grito se hizo presente, ése que envuelve la risa nerviosa, ansiosa, desinhibida y con un dejo de felicidad, el que resultó de tantos meses juntas, de corazones hermanados, entonces ella sintió que la paz le recorría el alma frente a la ternura encarnada y a cada una le dio un beso esperando que aprendiera a volar.

Se ha roto la burbuja, es tiempo de volver a andar, ella saldrá con las manos vacías pero el corazón atiborrado de sonrisas y suspiros, de palabras y ocurrencias, de nostalgia y esperanza, porque ahí, en lo que para muchos parece prisión, sucedió un milagro cada instante, las almas hicieron contacto y quedaron sembradas semillas de gigante.

martes, 5 de junio de 2012

Vestida de mar


Procurar los límites funciona cuando no hemos explorado un pequeño instante de aquello, cuando no hay almas que se reencuentran; pero cuando por una rendija ya ha logrado asomarse tu voz que se empató con la mía, cuando al verte caminar reconocí un sendero coincidente, entonces me doy cuenta de que entraste en mi vida para no irte jamás.

Y me inunda un sueño en el que te contemplo plena, vestida de mar, en el ocaso de las tristezas, en el alba de la vida que no acaba. Comprendo ahora por qué no me era posible voltear la mirada, detallarlo sería exponernos, cuando a ti y a mí nos bastaba esta sonrisa de miel.

¿Será por eso que nunca nos pedimos más explicaciones? ¿Será que ambas sabíamos lo que hay en el fondo?
Cuéntame cómo es vivir entre sirenas y cantos perpetuos, abrázame en las olas y arrúllame como a él. Explícame si las penas se hunden como piedras mientras flota el alma, dime que los silencios ya no duelen y que podemos perdernos en la suave melodía del viento.

¿Encontraste aquel poema? ¿Me regalas un trocito de él? Para extrañarte menos, para escucharte más, para sonreír con fuerza, para dormir en paz, porque tu lámpara sigue encendida, tu ausencia sigue en la mía, porque tu canción ha vuelto y te has quedado atrapada en mi garganta.

¡Qué suave caricia, qué firme promesa, qué mutua huella!

 Y en este punto es insuficiente agradecer, inevitablemente he de rendir tributo a tu vida en mi voz, aunque sea en esta pieza acompañada de la caracola y polvo de coral.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Bienvenida la noche


Bienvenido sea el aliento de la verdad, que de vez en cuando inquieta el sueño, que hace saltar los corazones y dudar a la razón. Bienvenido ese torrente de ilusiones que abre la luz mientras se repliega en los rincones.

Y entra por la ventana un rayito de luna, te abrazo y soy presa de la fortuna, ésta que hace tiempo he reconocido, en la que ahora vivo. Porque como amo y señor presentaste un plan que no era tuyo, uno que sonaba complejo, que parecía demasiado para ser real, para poder convertirse en realidad… pero no hubo impedimento, bastó el mutuo consentimiento.

He vuelto a hablar, reaprendí este hermoso arte de soñar y caminar, recordé que es cuestión de paso a paso avanzar. Respirar es un regalo, parpadear se ha vuelto la oportunidad de ver este momento de otro color, mirarte a los ojos no es fácil cuando escondo tantos miedos. Justo entonces son tus manos la señal de tregua frente a la batalla que se gesta en mi garganta, extiendes alas de certeza que cruzan los escarpados terrenos y me conducen a un incipiente manantial de palabras que irónicamente se mueren por esta necesidad de ser vividas.

Como entrega basta la plenitud de mi voz, la firmeza de la honestidad, que se convierte en una burla a lo estático, como única constante posee el genuino aleteo que la conduce, así como a la luz, a la comisura de tus labios, que atentos la abrazan y la envuelven en un tibio equilibrio, le dan cobijo y vida. La renuevan respetando, valorando y honrando su esencia…

Todo indica que esta furtiva viajera ha encontrado su hogar, por educación se agradece la posada, por amor se venera la nueva morada.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Arrebatos de nostalgia

Por estar sentada ahí

por caminar junto a ti

por verlo todos los días

y hasta estudiar biología.


Pensar que el tiempo pasó

ver que cambié de color

y entiendo nuevas verdades

tengo amigos más leales.


Se escucha otra vez la risa

¡fájate bien la camisa!

Se vuelve un juego de necios

esto de pelear silencio.


Y pensar que hoy no hay nada,

añorar de corazón su mirada

ya parece insuficiente

pero sigue aquí en mi mente.


Lo importante es este aire

lo importante es respirarle

y enterarme que contigo

aún nada está perdido.


Creas la nueva canción

das vida a este salón

y revives el recuerdo,

aún hay algo que no ha muerto.

jueves, 15 de marzo de 2012

Susurro de noche

Llegué despacito una noche, lo recuerdo muy bien, la luna iluminaba toda la cuadra y helaba tanto dentro como afuera. A ella no le bastaban las sábanas de franela, dos cobijas, un edredón y una colchoneta, calcetines de invierno y bufanda; le hacían falta unos brazos cálidos y un corazón sincero.

Queriendo no hacer ruido recorrí cada centímetro de la herrería de la ventana, llena de polvo y tapizada del frío exterior. Así como permitió que yo entrara, era también el origen de que el aire gélido se inmiscuyera y no saliera salvo por su garganta.

Sonaba una dulce melodía cuyas ondas hice saltar y cambiar de dirección con estas simpáticas extremidades que los parientes pierden en incontables circunstancias, cuando me acercaba al extremo de la cornisa tropecé con un trocito de celofán al que una de mis patas quedó inevitablemente adherida. Sin poder dar un paso más di media vuelta y cojeando me aproximé a la otra orilla, donde esperaba encontrar mejores condiciones para acercarme a su suave voz.

Seguí caminando cuidando no trompicar una vez más, un alambre prácticamente de mi tamaño fue el siguiente obstáculo, aunque no me causó mayores problemas. Le siguió un montoncito de polvo que esperaba ser recogido quizá algunos meses atrás, los tristes restos de una mosca que terminó sus días como festín de hormigas; más adelante me topé con trozos de arena que me hicieron resbalar, tuve que saltar y caí al suelo. Ahí no era tan clara la armonía pero corrí tanto como pude a la pared más cercana y comencé a escalar. Cuidaba que mis patas no quisieran seguir la melodía pues podría ser descubierto y acabar con aquello que esperaba convertir en un idilio de un instante entre su voz y la mía, pero no a destiempo, a distancia, en secreto.

Quería hacerme presente totalmente, podré ser tímido pero jamás anónimo. Avancé despacito subiendo la pared, cuando rebasé la altura de la cama había logrado sentir de nuevo las traviesas ondas rebotando en mí, pude perderme en el arrobo pero decidí seguir adelante. El misterio que se encerraba era cada vez mayor y; si ya había recorrido el camino que va desde la cornisa de la ventana hasta aquí, adentro, muy cerquita del calor que produce este sonoro abrazo que persigo desde hace algunas horas, era justo que lograra mi objetivo, acompañar la solitaria melodía que exigía corresponder a su caricia con un discreto acompañamiento que convirtiera la sencilla combinación de notas en una sinfonía de besos y soledades compartidas.

Pude saltar a un pequeño cojín, cubierto de luz; por un momento pensé que provenía de aquel sonido que invadía el espacio y di algunos pasos cortos, intentaba no hacer ruido pero una de mis antenas chocó con una estrella acolchonada y de pronto la luz se apagó. Supuse que habría sido mi culpa, que había dañado al confortable astro y que era realmente de él de donde provenía aquel fulgor.

Me sentí culpable pensado que la había asustado, que mis movimientos habían sido muy bruscos, fruto de la emoción. Supuse que mi camino había terminado demasiado pronto.. le susurré que me disculpara, que no era mi intención, que yo solamente quería conocerla, quise acariciarla, darle un poquito de calor. Comencé a saltar buscando un sitio más adecuado, busqué colocarme exactamente frente a ella, intentaba encontrar su mirada pero apenas entraba un rayito de luna por el espacio que me había servido de entrada. Dudé, di la media vuelta pensando en que huir sería mejor opción, pero mi corazón latía muy rápido. Justo entonces vi algo parecido a una cuerda donde podía acomodarme sin estorbar ni molestar mientras tomaba una decisión más consistente sobre cómo actuar al respecto. Estaba tan distraído en mis pensamientos que olvidé prestar atención al sonido que me servía como guía.

Revisé cada uno de mis pasos y pensamientos y recordé que la última nota que escuché había sido tras aquella misteriosa oscuridad, la luz y la música no eran dependientes. Hay tantas formas de entregar la vida, pensé, y justo entonces escuché un último suspiro de voz, mucho más suave que la dulce melodía que me condujo hasta este punto pero más cálida que me abrazó en la penumbra e hizo vibrar cada rinconcito de mi cuerpo. Di un discreto salto y me encontré sobre un pequeño cuadro, salté nuevamente sobre él y regresó la luz, pero no la música

- ¿Se habrá ido? - Susurré angustiado, mientras se dibujaba frente a mí un rostro joven y apacible…

- No, simplemente se ha dormido, suerte mañana querido amigo - me respondió tranquila una cigarra que había observado todo mi trayecto.

- ¿Cómo dices?

- Quizá mañana puedas tú acompañarla, quizá mañana despierte, quizá pueda entender que tú y yo la acompañamos, que incluso el último aliento de la jornada destila vida y juventud. Tal vez mañana reconozca nuestro abrazo silencioso, tal vez con la luz del nuevo día logre ver, sí, pueda distinguir como nosotros los colores. Ojalá encuentre los matices más allá de su voz. A ti y a mí sólo nos queda la dicha de mantenernos aquí, como fieles guardianes que velen su sueño y que noche a noche acompañen su canto, siendo los únicos testigos de esa sonrisa única, ésa que a pesar de la penumbra inunda este recinto con mucho más que luz..

Llegué despacito una noche, lo recuerdo muy bien, la luna iluminaba toda la cuadra y helaba tanto dentro como afuera. Llegué y decidí quedarme, descubrí cómo la música juega a oscuras, como crea la luz aun para aquéllos que no pueden ver..

lunes, 27 de febrero de 2012

Feliz vicio

Sonreírte de noche, sonreírle a la vida, llenar de color mis manos y darles vuelo en la tímida risa de una vida incipiente que se emociona al saberse llena de talento. Así empezó mi semana.

Y siguió volviendo música una caricia, que no pudo huir a la realidad impregnada más allá del aire, más acá de la distancia.

Regalar las noches se ha vuelto un vicio que da sentido a las madrugadas que conducen a cajones de cristal y frescura atiborrados de manos que quieren ser tomadas y miradas que exigen devolverles la vida que derrochan.

Y aunque sigo buscándole adjetivo a esta sensación me parece que el sentimiento va más allá de la furtiva alegría, el orgullo o la esperanza. Es una mezcla de sentido y plenitud en camino, es una gotita de agua fresca que basta para entregar un día más. Así empezó mi semana, mañana tendré más de noventa razones ajenas para seguir sonriendo y suficientes propias para mantenerme en el juego de vivir, en el sueño de ser feliz…

lunes, 6 de febrero de 2012

Caprichos..

De vivir y morir, de seguir soñando, de respirar despacio, de lograr que se detenga el corazón por un instante y entonces hacer que valga la pena abrir los ojos una vez más.

Capricho de entender qué sucede cuando una flor se abre y toma las formas más ingeniosas para conjugar en su movimiento el misterio de la vida y de la muerte, de la madurez y la belleza, de la amplitud y la inmensidad de matices.

Porque quise acompañarlas, pero tomaron su propio camino y me mantuve cerquita observando el recorrido de cada pétalo, el movimiento de las frágiles alas que en vez de hacerlas volar las acercaban más al suelo y al mismo tiempo a la luz. Qué ironía, que hermoso juego es éste, que dulce consuelo el de saber la ambivalencia, que fuerza interior la de convertirla en vida intensa.

Junto a este capricho de vivir jugando a ser felices, empeñándome por serlo de verdad, he tenido que valorar a los rayitos que calientan mis mañanas, sus inquietos corazones, sus impetuosas libertades que luchan por apropiarse de sí mismas. Y no he podido hacer otra cosa distinta a reír y llorar, porque irremediablemente son especialistas en robarme una y mil sonrisas, porque irresistiblemente se aferran a un rincón que se ha vuelto sólo suyo, donde descansa el dolor que en veces cargan sus ojos.

Porque es justo dedicarle un espacio a las oportunidades, conocerlas, revisarlas, disfrutarlas, evaluarlas, tomarlas o dejarlas.

Y más aún a mis flores, a mis estrellas y a mi sol. Las primeras hacen gala de su belleza, llenan de alegría los momentos cotidianos y me regalan colores, se empeñan en purificar el aire que respiro y aunque se marchitan como parte del tiempo, tengo la certeza de volver a verlas en todo su esplendor, sé que acompañan mis ciclos como yo los suyos y encuentro en los detalles de su vida, hermosas pinceladas que acaban con la monotonía. ¿Las estrellas? Ellas alumbran mis noches oscuras, están pendientes de mis sueños y anhelos, a veces discretas a distancia me extrañan como yo a ellas, dan forma a las ilusiones y las materializan en un cielo también caprichoso que por las noches se inunda de un azul enigmático y profundo.

A una estrella quiero regalarle este momento, a ésa que hace poco descubrí, brilla pero tiene miedo y yo lo comparto con ella; sin embargo, no puede negar su origen luminoso y quiero que permanezca en mi firmamento, tiene un resplandor poco habitual, es exigente y arriesgada, apacible pero jamás pasiva, a ella que en su nombre encierra su destino a ser amada, que igualmente ama y se entrega al punto de dar la vida por ese destellito al que le ha compartido su luz.

Mi sol, mezcla de historias, ése que me regaló la luz, hoy precisamente me abraza aunque en el cielo parezca ausente, es que es mío, lo digo sin prepotencia, me abraza con benevolencia, lo acaricio con delicadeza y de vez en cuando lo añoro con un dejo de tristeza.

Caprichos, deseos insatisfechos o quizá tan bien hechos que me resisto a renunciar, ¿será que me he empeñado en volver cada uno realidad total? Y es que aún no contemplo dejar de soñar, aunque disfruto caminar quiero aprender a volar..

lunes, 23 de enero de 2012

Revisado, enamorado, amado

21 de enero de 2012

Salí sabiendo que había quedado pendiente más que una foto, que el tiempo sigue siendo siempre insuficiente, que el mejor lugar para mis manos no es dentro de las bolsas de mi chamarra. Pero respiré y sonreí, cerré los ojos y te pensé…

Volví a esa idea que ha recorrido mi cabeza los últimos días. Eso de comprometerse y vivir la libertad es complejo, pero comprender que la libertad sin dirección no funciona y que vivir sin compromiso resulta ilógico y falto de finalidad ha sido más allá de lo teórico una gran ganancia al compartir este tiempo contigo.

He dejado de lado ideas arraigadas por orgullo o experiencia propia, he abierto nuevas puertas y posibilidades, he reconocido mis errores y al aceptarlos he logrado aprender, he crecido y me he cuestionado.

Amar implica mucho más que solamente darse, saberse amado no es posible sin reconocerse humano y limitado, pues el amor va acompañado de conocimiento y la libre convicción de aceptar, respetar, pero sobre todo ayudar, acompañar y mejorar realmente unidos.

Agradecer impera revisar, analizar y recordar (re-coeur-dar), volver a dar el corazón… ¡¡GRACIAS!!

... al abrir los ojos recordé tu sonrisa y tus brazos alrededor de mí, más allá de pensarte te he encontrado, me he rencontrado y he decidido vivir en serio.

miércoles, 4 de enero de 2012

Pedazos de sol, rayos de corazón

Hoy rompí una foto vieja, fue tomada hace un par de semanas. Entonces todo era nuevo y lleno de color, las sonrisas y las miradas bastaban para convertirse en detalles que construían una nueva realidad a la cual pensaba entregarle un pequeñito fragmento de corazón, pero en un tímido halo quedó.

También abracé a la inmensidad que encierra la vida, esperaba detrás de la puerta llena de ilusión. Debo confesar que tiempo atrás quiso arrebatarme el corazón a cambio de un pedacito de sol, intercambiamos sonrisas y decidimos regalarnos un espacio sincero, acorde al tiempo y la edad.

Por otro lado dudé de la realidad y los planes, las nubes se robaron el sol entero y opacaron también el corazón pero de noche florecieron vueltas esperanza y unidad.

A media tarde volví a ese lugar donde un pedacito busca su corazón y sin darse cuenta llena de sol los rincones más inciertos, incluso los propios que le resultan desconocidos.

Ahora pienso en los corazones hechos pedazos, los que han quedado regados en tan diversos escenarios. Reviso también los soles que se han apagado por llevar luz a inhóspitos lares o porque fueron demasiado brillantes para el contexto.

He aprendido que regalar espacios del corazón genera añoranza y nostalgia por las ausencias y que despojar de rayos al sol es fuente de oscuridad en el origen. Sin embargo, parece que propagar rayos de corazón y hacer que inunde la oscuridad multiplica la luz tal como otorgar pedacitos de sol es fuente de vida y calor humano.

Por eso he decidido volver pedacitos de sol los espacios de mi corazón que antes regalé, para que llenen de calor, vida y alegría la realidad actual. Y los rayitos de sol han de convertirse en halos de corazón que lleven esa vida a los rincones inertes o expectantes, esos que no se han ubicado y añoran libertad.