viernes, 23 de mayo de 2014

Porque sí

“A nosotros los humanos se nos da la filosofía y entonces no queda más remedio que ejercerla”. Entonces resulta que si sabemos lo que es la filosofía podemos dotar o aumentar el sentido de la vida, ¿amor al saber? Y qué es el amor, y qué es el saber, conocer, la verdad, ¿ésta existe? A lo largo de la historia todo hombre con un poco de vocación a ser humano se ha hecho por lo menos una de estas preguntas y difícilmente ha logrado satisfacerse con la respuesta. Y quiera o no, transitará por el idealismo, el pragmatismo, el escepticismo y toda aquella teoría que se le atraviese y algo concuerde con una parte de su vida. Cinismo en la adolescencia, idealismo en la juventud, escepticismo en esta misma y hedonismo toda la vida. Pragmatismo en la adultez temprana y humanismo en la vejez, respuestas últimas y profundas al final de la vida, y en el inicio de la vida pensante, sólo preguntas y vacío.
Ética y estética, verdad, belleza, bondad, como líneas ideales, pero en lo cotidiano, en lo aparentemente real, quedan el error y el escarnio, la vulnerabilidad. No hay forma de que el hombre viva siempre en la verdad, menos aún si no la conoce, y conociéndola es su naturaleza concupiscente lo que le pone en riesgo de separarse de ella, perderse en el ruido de afuera, abandonar la paz por el bullicio interior.
… pero la vida no queda inconclusa, concluye en estos instantes y a la vez se abre de nuevo, se plenifica por voluntad, pero antes de hacer o conocer, el ser …
“… porque la filosofía no prende, no se aclimata a un espíritu dominado por la prisa”




martes, 6 de mayo de 2014

Presencia

Urgencia de pedazos perdidos
de estrellas y espinas en la ventana
exhorto de tierra fértil
justicia al perderme en su piel,

Nubes en cielo nuevo
raíces recubiertas de ayer
pasos construyendo olvido
burbujas rotas por placer

Inercia de muerte buscada
delirio de sueño al azar
y ocaso y vacío y nada
o abrupto silencio, estar.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Que los muertos nos alcancen

Para empezar puedo decir que vivo pegadita a la muerte desde hace tiempo, podría dar una fecha (19/07/2000) pero quizá mienta, pudo ser antes o incluso ayer, cuando moríamos la noche y yo sin ti.

Que no le tengo miedo, lo sabes bien, que nos ha acercado y nos mueve a hablar de perspectivas, también. Pero hoy, ayer, antier, mañana y los días que siguen he decidido morir contigo, vivir en ti.

Vivir en tu sonrisa y morirme en tus labios, crecer en las caricias y trascender en los sueños; tocar los contrastes y realizar las utopías. Matar si es necesario, rumores y extraños, correr en la sombra de tus manos…

Hurgar miedos y arrebatos, nacer en las estrellas y jurar en el ocaso, caminar entre las piedras tomada de tu mano, revivir esa noche y las palabras de no amarnos, para encontrar en esas dudas, las palabras y el silencio, para no escribirte tanto, para morir despacio.

Que morirme y vivirte es un regalo, están ya tantos huesos enterrados, que ni el recuerdo apagado quiere asomarse; nos mueven decisión y cadencia de este baile en trance, estamos seis años menos vivos, que los muertos nos alcancen.


viernes, 1 de noviembre de 2013

De octubre a noviembre

Hay solamente una noche, prometí que sería exclusiva, segura, mía. La meta: un poema, una canción y dos capítulos. Vacilaron las páginas en mis manos, las palabras parecían vacías y las páginas ahumadas; cambio de objetivo.

Llegó entonces el primer capítulo (que realmente era el 112), condujo al segundo (es decir, al 154) y llenó la noche, así hasta llegar al décimo tercero (correspondiente al 147).

“Todo estaba equivocado, eso no tendría que haber sucedido ese día, era una inmunda jugada del ajedrez de sesenta piezas, la alegría inútil en mitad de la peor tristeza (la de ya no poder ni querer ni poder buscar su canción), tener que rechazarla como a una mosca, preferir la tristeza cuando lo único que le llegaba hasta las manos era esa llave a la alegría, un paso a algo que admiraba y necesitaba, una llave que abría la puerta de Morelli, del mundo de Morelli y en mitad de la alegría sentirse triste y sucio, con la piel cansada y los ojos legañosos, oliendo a noche sin sueño” (…)

Y así, la intención de un poema, una canción (sobre todo la canción) y dos capítulos, se convierte en 13 capítulos e incertidumbre a falta de canción (ésa canción) y poema. Sin embargo, la noche se transforma en día y fuente, en luna viva (aunque menguante), en señal casi divina.  Y en un instante y medio se modifica la proyección del trabajo, de la vida misma, de la interacción en un cubo de cristal; aparecen entonces voces, risas, colores, sombras y nubes; palabras por supuesto, pero atentas, expectantes, vibrantes…

No importa si hoy amanece… o tal vez sería mejor que la noche se mantuviera plena, de otra manera no fue necesario ni siquiera un instante completo, bastó la mitad para terminar...

lunes, 20 de mayo de 2013

Princesita Mariposa


Princesita Mariposa, le dijo la Luna, hace tanto que te soñé que encontrarte de noche me parece ilusión. Princesita Mariposa, cuéntame de los colores de la flor, cómo se siente el calor, desde cuándo tomaste valor. Princesita Mariposa llévame contigo a volar, suena raro pero contigo aprendo a amar.

Estrellita sin luz, portadora de vida y verdad, dónde está la clave de tu actuar, ¿cómo es que tus alas frágiles y pequeñas inundan y dominan el cielo? ¿qué hiciste para domesticar al viento?

Espejito de ojos negros, ¿dónde guardas tu corazón si tu cuerpo es diminuto, acaso robaste al mar el alma en un segundo?

Princesita mariposa, enséñame a sonreír, como hacen los niños cuando están cerca de ti…

Madre Luna, ha sido tu voz. Madre Luna, fue también el Sol, me cobijó y pintó de mil colores, esos que te rodean todas las noches, esos en los que tu luz se descompone.

Madre Luna, somos sólo síntesis, es otro el que domina al viento, es otro quien me roba el aliento.
Instrumento amoroso, fueron tus manos en las suyas; fue una sonrisa llena de vida, recuerda yo iba de prisa; recuerda, se terminaba la brisa.

-         - ¿Princesita Mariposa, eres el Sol?
-         - ¿Madre Luna, conoces a Dios?
-         -  Dile que me inunde todas las noches
-         -  Dile que abrace todas las voces
-          - Pregúntale por qué no lo veo
-          - Pregúntale dónde lo encuentro
-          - Dale las gracias por traerte de nuevo
-          - Pídele que haga todo nuevo…

Madre Luna, gracias por existir.
Princesita Mariposa, contigo recuerdo cómo es vivir…

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Te sé poco


Te recuerdo enigma, grande, atento.

Te pienso franco, diciendo que estas flores han abandonado su frescura y su perfume, sabiendo que esta noche fría puede ahogarse en los brazos de tu amor,  que la bondad está en la sencillez de tus ojos y que la vida poco a poco se escapa.

Te escucho ágil ir de una idea a otra con la claridad que sólo tus palabras conocen en lo profundo del origen. 

Te respiro sereno, expectante, siempre despierto, dispuesto, asombrado en una sonrisa que perpetúa la tuya.

Te sé poco, menos aun que mis palabras, pero te sé humano, valorador de la grandeza del género y de la particularidad de cada uno.

Te sé entregado, consciente, vivo, y ahora por siempre, pleno.

lunes, 6 de agosto de 2012

Corre putrefacción


Hace no mucho estaba convencida de que el mundo estaba en proceso de putrefacción. Que eran tantas las tragedias, la injusticia, la desconsideración y la deshumanización, que ya poco se podía hacer. Tal vez por ahí rondaban pequeñas alegrías y personas que salían del común, pero la verdad es que teniendo la vida por delante no soñaba tanto como hoy, momentos complicados de la vida, supongo.

Ahora veo más injusticias, tragedias reales, poco humanismo y creo que tengo más claridad. Precisamente esto último es lo que marca la pauta para este momento. He analizado los procesos de putrefacción, de forma simple, he visto cómo la comida se echa a perder en el refrigerador y fuera de él, he analizado las texturas, olores, colores y sí, también los sabores.

Ciertamente dicha transformación es bastante desagradable, pero sobre todo el contraste entre lo que era y eso en lo que se convierte aquello que se pudre es impresionante. Una rozagante lechuga se convierte en un puño viscoso de algo café que no se distingue del todo bien; un animal muerto pierde todo su encanto y puede provocar reacciones de repulsión, sin importar de qué especie se trate; por otro lado, una uva podría volverse pasa…

He aquí dos constantes inevitables en todos los procesos de putrefacción: sólo se pudre lo que antes estuvo vivo y esto se reseca, pierde agua, suelta agua.

Entonces el mundo se pudre porque se le va la vida, los sueños se descomponen porque no se vuelven vida, los corazones se corrompen porque se dedican a sobrevivir, las personas se gangrenan por que optan sólo por permanecer.

No puede pudrirse aquello que no ha disfrutado del aliento vital, ése que recorre el cuerpo entero y que nos perite saborear los colores, ver los sonidos y palpar las emociones, ése que nos recuerda que la vida es más grande que nosotros mismos.

No se pudren las piedras ni los objetos, si acaso los poblarán colonias de pequeños seres que “motivan” la putrefacción, pero aún ellos están vivos. Y no basta morirse, hay que estar en condiciones de convertirse en carroña para reducirse a ella.

Para pudrirse hay que secarse poco a poco, ¿será por eso que el mundo está pudriéndose? No, porque el mundo no está secándose sino contaminándose cada día más, pero aún la contaminación implica vida, ¡movimiento! Ir y venir, hacer, caminar, ampliarse en un medio que lo permita, ¡qué mejor medio para caminar que el agua!

Porque la vida se desarrolla donde hay agua, he ahí la posibilidad de que tengamos vecinos marcianos, o que los hayamos tenido hace miles de años. Pero también ahí se sitúa la grandeza de este momento del año.
Tristemente hay personas que padecen la vida, o el exceso de lluvia que inunda sus hogares. No siempre se está preparado para recibir un torrente de ella, no siempre se está en el mejor sitio para disfrutarla.

Hay quienes aseguran que en algunos círculos no puede surgir agua clara, que es ya demasiada la contaminación, la violencia, los vicios, que la podredumbre los habita en todo su esplendor. Pero hace unos días descubrí que mienten, el agua es paciente, se contiene, aguarda y en el momento preciso brota, avanza despacio y de pronto se precipita, corre por los más insospechados caminos y acaba por inundarlo todo.

Se cuela en los rincones más lejanos y justo ahí hace brillar la luz que la traspasa, que la abraza y con la que ambas forman la maravillosa colección de colores que dan nombre e identidad a la vida misma.

El agua, la luz y la vida, juntas se manifiestan de mil y más maneras distintas, se vuelven cielo y lo pueblan con nubes y estrellas; se sumergen en la tierra y hacen crecer incluso a las plantas más pequeñas; recubren todo y se convierten en sonrisas; pululan en el aire y se convierten en música.

Sin embargo han de luchar siempre por seguir, por no estancarse; porque así como esa tarde fui su presa, al mismo tiempo  así nada más, se me fueron de las manos y las vi correr con rumbo a Vivir ..