miércoles, 16 de mayo de 2012

Bienvenida la noche


Bienvenido sea el aliento de la verdad, que de vez en cuando inquieta el sueño, que hace saltar los corazones y dudar a la razón. Bienvenido ese torrente de ilusiones que abre la luz mientras se repliega en los rincones.

Y entra por la ventana un rayito de luna, te abrazo y soy presa de la fortuna, ésta que hace tiempo he reconocido, en la que ahora vivo. Porque como amo y señor presentaste un plan que no era tuyo, uno que sonaba complejo, que parecía demasiado para ser real, para poder convertirse en realidad… pero no hubo impedimento, bastó el mutuo consentimiento.

He vuelto a hablar, reaprendí este hermoso arte de soñar y caminar, recordé que es cuestión de paso a paso avanzar. Respirar es un regalo, parpadear se ha vuelto la oportunidad de ver este momento de otro color, mirarte a los ojos no es fácil cuando escondo tantos miedos. Justo entonces son tus manos la señal de tregua frente a la batalla que se gesta en mi garganta, extiendes alas de certeza que cruzan los escarpados terrenos y me conducen a un incipiente manantial de palabras que irónicamente se mueren por esta necesidad de ser vividas.

Como entrega basta la plenitud de mi voz, la firmeza de la honestidad, que se convierte en una burla a lo estático, como única constante posee el genuino aleteo que la conduce, así como a la luz, a la comisura de tus labios, que atentos la abrazan y la envuelven en un tibio equilibrio, le dan cobijo y vida. La renuevan respetando, valorando y honrando su esencia…

Todo indica que esta furtiva viajera ha encontrado su hogar, por educación se agradece la posada, por amor se venera la nueva morada.