Para empezar puedo decir que vivo pegadita a la muerte desde
hace tiempo, podría dar una fecha (19/07/2000) pero quizá mienta, pudo ser
antes o incluso ayer, cuando moríamos la noche y yo sin ti.
Que no le tengo miedo, lo sabes bien, que nos ha acercado y
nos mueve a hablar de perspectivas, también. Pero hoy, ayer, antier, mañana y
los días que siguen he decidido morir contigo, vivir en ti.
Vivir en tu sonrisa y morirme en tus labios, crecer en las
caricias y trascender en los sueños; tocar los contrastes y realizar las
utopías. Matar si es necesario, rumores y extraños, correr en la sombra de tus
manos…
Hurgar miedos y arrebatos, nacer en las estrellas y jurar en
el ocaso, caminar entre las piedras tomada de tu mano, revivir esa noche y las
palabras de no amarnos, para encontrar en esas dudas, las palabras y el
silencio, para no escribirte tanto, para morir despacio.
Que morirme y vivirte es un regalo, están ya tantos huesos
enterrados, que ni el recuerdo apagado quiere asomarse; nos mueven decisión y
cadencia de este baile en trance, estamos seis años menos vivos, que los muertos
nos alcancen.