sábado, 2 de noviembre de 2013

Que los muertos nos alcancen

Para empezar puedo decir que vivo pegadita a la muerte desde hace tiempo, podría dar una fecha (19/07/2000) pero quizá mienta, pudo ser antes o incluso ayer, cuando moríamos la noche y yo sin ti.

Que no le tengo miedo, lo sabes bien, que nos ha acercado y nos mueve a hablar de perspectivas, también. Pero hoy, ayer, antier, mañana y los días que siguen he decidido morir contigo, vivir en ti.

Vivir en tu sonrisa y morirme en tus labios, crecer en las caricias y trascender en los sueños; tocar los contrastes y realizar las utopías. Matar si es necesario, rumores y extraños, correr en la sombra de tus manos…

Hurgar miedos y arrebatos, nacer en las estrellas y jurar en el ocaso, caminar entre las piedras tomada de tu mano, revivir esa noche y las palabras de no amarnos, para encontrar en esas dudas, las palabras y el silencio, para no escribirte tanto, para morir despacio.

Que morirme y vivirte es un regalo, están ya tantos huesos enterrados, que ni el recuerdo apagado quiere asomarse; nos mueven decisión y cadencia de este baile en trance, estamos seis años menos vivos, que los muertos nos alcancen.


No hay comentarios:

Publicar un comentario